martes, 24 de junio de 2014

Gentrificación y pérdida de espacio público

El modelo actual de urbanismo se centra en el "saneamiento" urbano mediante la ingeniería y la cirugía, es decir, cortar trozos de ciudad y sustituirlos por otros más “modernos”. 
La estrategia para llevar a cabo este proceso es la gentrificación o elitización: un proceso de transformación urbana en el que la población original de un sector o barrio deteriorado y con pauperismo es progresivamente desplazada por otra de un mayor nivel adquisitivo, como consecuencia de programas de recalificación de espacios urbanos estratégicos (se suele dar en barrios céntricos).
 Las ganancias (para unos pocos) que pruduce este proceso son su motor principal y son posibles gracias a la descapitalización y desvalorización de la zona, que permite grandes diferencias entre el valor del suelo del sector degradado y el valor potencial que por su ubicación podría tener. Es decir, que la degradación de la zona es necesaria. Una manera de conseguir esto es la inseguridad, pero inevitablemente la inseguridad conduce a una ciudad segregada, separada en trozos, en la que las diferentes clases sociales, el comercio, las oficinas, las áreas de espectáculos, se van separando entre sí constituyendo verdaderas áreas especializadas y propiciando inútiles desplazamientos para poder llevar a cabo las labores más cotidianas con una infrautilización del espacio verdaderamente clamorosa.
Para luchar contra estos procesos y conseguir una mayor intervención en la configuración del entorno seguro de la ciudad es necesaria la observación ciudadana. 
Los paseos de Jane (en honor a la activista Jane Jacobs) es una iniciativa libre y autoorganizada localmente que consiste básicamente en caminar por nuestras ciudades, observandolas y tratando de aprender de la realidad que nos ofrecen, viendo lo que funciona bien y lo que funciona mal en nuestros entornos. Jane Jacobs era una ferviente defensora de que quién mejor sabe cual es el funcionamiento de los barrios, sus problemas y las mejores maneras de solucionarnos son sus habitantes.
 Con estos paseos se pretende reclamar un urbanismo humanizado, donde las ciudades no se planeen desde los despachos de grandes gurús del planeamiento, sino que los espacios sean para las personas y sus vidas cotidianas, y desde ahí se piense. Al caminar conjuntamente por nuestras calles vamos reconociendonos en los espacios que compartimos, tejiendo las calles con nuestras historias, las plazas con retazos de nuestras vidas cotidianas. 

Esa es la esencia de la dimensión social y política del espacio público. Dimensión que a través de la lógica de los negocios y de la capitalización se ve seriamente deteriorada y contribuye a secuestrar el espacio público.












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