lunes, 23 de junio de 2014

¿Qué es autogestión?

Haciendo un repaso de las acciones que hemos visto hasta ahora, sea una nave alquilada para montar una escuela de circo, una rave, una performance en la calle, un mercadillo o un centro social, queda patente que el espíritu común en todas ellas es la autogestión. porque revivir un espacio no es simplemente volver a usarlo, sino también la manera en que se hace.

La autogestión es el arte de mantenerse al control de los procesos a través de los cuales se llevan a cabo los intentos que emprendemos. Es una estrategia: un modo de encauzar las acciones y canalizar las fuerzas. La autogestión es una manera de hacer, pero no es cualquiera: lo que la distingue de otras maneras de hacer es la ausencia de cualquier tipo de determinación por parte de autoridad alguna. En realidad, la autogestión ha existido desde la formación de las primeras sociedades humanas, aunque sólo empieza a concebirse y a llamarse así una vez que la Modernidad comienza a desplegarse.

La implantación de los Estados y las religiones desplaza la hegemonía de los grupos y las comunidades autogestionadas al imponer codificaciones sociales con las que se trata de determinar las conductas, lo cual afecta profundamente el espíritu autogestionario de los pueblos ancestrales y cambia el juego de la autogestión en los diagramas de relaciones de poder.  El despliegue de los sistemas de dominación implica el gobierno de unos por otros, y en ese tipo de diagrama de relaciones de poder la regla que debe seguirse es la impuesta por las autoridades, cualquiera que ellas sean. El desarrollo de las grandes civilizaciones va de la mano del despliegue de los grandes sistemas de dominación, y por consiguiente, la pérdida de control sobre sus propias iniciativas por parte de la mayoría de las vidas.
 El capitalismo trae consigo un nuevo régimen de relaciones de poder a partir del despliegue de lo que Michel Foucault llamó biopolítica: el poder que intenta controlar cada aspecto de la producción de la vida en nombre del Hombre. La biopolítica, precisamente, consiste en la gestión de la vida de las poblaciones por parte de las instituciones del Sistema. Desde que comienza una época en la que las instituciones gestionan los procesos sociales y administran las sociedades, es decir, en el momento en el que la economía se convierte en el modelo para construir la sociedad, el arte de la autogestión deviene casi marginal. Aunque alcanza sus máximas expresiones cuanto más se polarizan las relaciones, a partir de la revolución industrial. La comuna que entre marzo y mayo de 1871 autogobierna París irrumpe como el acontecimiento que plasma las prácticas anticipadas por el pensamiento libertario de la primera parte del siglo XIX, como el cooperativismo de Robert Owen, el socialismo de Charles Fourier y el mutualismo de Pierre-Joseph Proudhon. La comuna de París recupera el espíritu de la autogestión. Continúa con los soviets entre 1905 y 1917, que con sus asambleas plantan el germen de la Revolución Rusa.
 Pero es en la España de 1936 donde se logra desplegar la experiencia de autogestión más plena y consistente del siglo XX. Desde ese año y hasta la victoria de Franco y la implantación de su dictadura en 1939 se logra poner la mayor parte de la economía española bajo el control de los trabajadores organizados por los sindicatos, dirigiendo las fábricas por medio de comités y asambleas, colectivizando los medios de producción en altos porcentajes, e incluso formando comunas libertarias a partir de las áreas agrícolas de gran parte de las regiones de Aragón o Andalucía. En Cataluña se llegó a sostener la colectivización de al menos tres cuartas partes de la industria, plasmando de modo concreto la actualización de las tradiciones rurales autogestionarias a través de las tecnologías industriales modernas. La serie de acontecimientos que de París en 1871, a Rusia en 1905, y a España en 1936 trazan la emergencia y la configuración de la autogestión como una práctica moderna, que se cierra con la experiencia de Yugoslavia en 1950, cuando tras haber roto sus relaciones con la Unión Soviética el gobierno socialista declara y promueve la implementación de la autogestión a la vez que reduce el control del Estado sobre la economía.
 
Organizarse de forma autogestionaria subvierte las relaciones de poder y otorga una mayor libertad, a nivel individual y a nivel colectivo. 



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